Cómo evitar el síndrome post vacacional

Cómo evitar el síndrome post vacacional

07/07/2015
Cómo evitar el síndrome post vacacional

¡Todo lo bueno se acaba! El verano se acabado, con él las vacaciones y toca volver a la rutina. Suena el despertador, me arrastro como puedo hasta la ducha, preparo mi taza de café pero ni así consigo abrir los ojos…ayer no conseguí dormirme hasta las tantas. Pasan los días y no me recupero. No consigo concentrarme, durante el día me arrastro y a la que llega la noche…no puedo dormir.

El Síndrome Postvacacional no es otra cosa que una respuesta adaptativa que nuestro organismo experimenta al volver a las tareas cotidianas tras un período de vacaciones. Tanto los adultos como los niños somos susceptibles de padecerlo; quizás estos últimos son quienes más lo sufren, por disfrutar de un período de “libre albedrío” por norma general, más prolongado que el de los adultos. A cada uno de nosotros nos afecta con mayor o menor grado según el grado  de satisfacción que tenemos de nuestra rutina cuotidiana.

¿Qué síntomas tenemos?

Abarca un conjunto de síntomas que van de la ansiedad a la depresión, cansancio, falta de concentración, somatizaciones (dolor de cabeza, trastornos gastrointestinales), nerviosismo, apatía y llanto fácil.

Gran parte del estrés postvacacional se traduce en problemas de sueño.

 

 ¿Cómo podemos superar esta situación?

Una parte muy importante del remedio para todos estos síntomas es trabajar las rutinas y la higiene en el descanso con unas pautas como:

  • Dejar los últimos días de las vacaciones, de “mini período” de adaptación. Es necesario volver a sincronizar nuestro reloj biológico con los horarios que se requieren para comenzar la rutina diaria. Realmente, lo recomendable es siempre mantener los mismos horarios de comidas y sueño y no someter estas actividades fundamentales a cambios bruscos.
  • Cura de sueño: dormir más los primeros días de la vuelta, nos hará sentirnos descansados, no restar horas de sueño con actividades estériles, como la televisión. El sueño es una actividad fundamental para un desempeño eficaz de nuestras tareas cotidianas, si restamos horas, nuestro día a día se verá seriamente afectado.
  • Practicar ejercicio físico en el exterior, nos ayudará a sentirnos optimistas y a combatir el insomnio.
  • Cuidar la alimentación más que nunca, en estos días: combinar una dieta revitalizante, con alimentos que suban la concentración y nos hagan estar relajados (hidratos de carbono, alimentos ricos en triptófano y nutrientes con vitamina B que contribuye al buen funcionamiento de nuestro sistema nervioso).
  • Trabajar la relajación, cómo en cualquier estado de estrés que experimentemos, esta práctica nos ayuda a recobrar el control perdido.

Y como una pequeña ayuda siempre podemos acudir a productos naturales tales como la Valeriana, Pasiflora y/o Amapola de california (en forma de comprimidos como el Calmtu) o, en casos de insomnio por irregularidad del sueño, a la conocida Melatonina.

 


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