Ya están aquí los días fríos y de lluvia típicos de otoño que suelen traer consigo una de las enfermedades más comunes conocida por todos: el resfriado común. Sólo en España se producen al año unos 80 millones de casos, la mayoría de ellos en otoño.
El resfriado común suele traer consigo una serie de molestos síntomas conocidos por todos: dolor de cabeza, picor de garganta, mucosidad, estornudos, ojos llorosos, tos y malestar general que va empeorando a medida que este proceso vírico avanza.
Cómo sabemos, el resfriado no tiene cura por lo que nuestras mejores armas para lidiar con él son la prevención y en el caso de que hayamos contraído el virus, simplemente nos queda paliar los síntomas para hacernos la vida más llevadera.
Diferencias entre resfriado y gripe
Tanto la gripe como el resfriado son enfermedades infecciosas causadas por un virus. En otoño, la gripe afecta entre un 10%-15% de la población.
Tanto el resfriado común como la gripe comparten síntomas muy similares por lo que es fundamental saber identificarlos para distinguir entre ambas enfermedades.
Una de las cosas que diferencian gripes de resfriados son sus complicaciones. El resfriado no suele presentar complicaciones. En cambio la gripe puede llegar a ser grave, sobre todo en niños y personas mayores, pudiendo provocar incluso la muerte.
El resfriado causa mucosidad y tos, pero no fiebre (a excepción de niños pequeños). La gripe viene acompañada por un malestar general y fiebre.
A diferencia del resfriado, la gripe aparece de forma repentina y suele durar varias semanas, mientras que la duración de un resfriado común está entre 3-5 días.
¿Se puede prevenir un resfriado?
El resfriado común no se puede curar pero sí que podemos prevenirlo. Existe un falso mito que dice que las bajas temperaturas provocan resfriados. Esto no es así, simplemente sucede que el frío y la sequedad del ambiente favorecen que los virus se propaguen.
Algunos hábitos tan simples como el lavado de manos suponen una gran medida de prevención para evitar que nos resfriemos. Se estima que unos ocho lavados de manos al día, pueden reducir el contagio de gripes y resfriados en un 50%.
Otras medidas que podemos adoptar para prevenir el resfriado y prevenir contagiar a otras personas son:
- Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón
- Utilizar pañuelos de papel al estornudar
- Usar desinfectantes
- Evitar cambios bruscos de temperatura
- No fumar ni exponernos al humo del tabaco
- Asegurar un buen descanso
- Beber suficiente agua al día
Cómo tratar un resfriado
En el caso de que acabemos con un resfriado encima podemos recurrir a los siguientes tratamientos que nos ayudarán a reducir los síntomas.
- Agua de mar: el agua de mar se utiliza para la higiene nasal. En el caso de que tengamos congestión nasal, humidifica las fosas nasales en caso de sequedad y lo pueden utilizar tanto niños como adultos.
- Caldo de pollo: come caldo o sopa de pollo, resultan altamente efectivos en el tratamiento tanto de gripes como de resfriados.
- Hidratación: beber mucho agua, entre 1.5l-2l al día. El agua es el mejor mucolítico que podemos encontrar. Las infusiones calientes son excelentes para el resfriado, en cambio si se trata de una gripe y hay fiebre, mejor beber agua, infusiones o zumos del tiempo.
- Paracetamol e ibuprofeno: contribuyen a bajar la fiebre, reducir el dolor de garganta, el malestar general y el dolor muscular y articular. Preferiblemente se recomienda el paracetamol.
- Jarabes para la tos: los jarabes antitusivos se emplean para reducir la tos seca o grasa. También podemos recurrir a preparados caseros a base de miel o jarabes naturales de extractos de pino, eucalipto, drosera… que puedes encontrar en tu farmacia.
- Vahos: los vahos de agua hidratan y reducen la irritación causante de la tos seca. Podemos mejorar su acción si utilizamos plantas como el eucalipto o el tomillo, siempre y cuando no se tenga asma.
- Suplementos naturales a base de zinc y equinacea: contribuyen a acortar la duración del resfriado.
- Dieta: una dieta rica en frutas y verduras, así como en alimentos ricos en vitamina C y antioxidantes es muy recomendable siempre, también en el caso de estas enfermedades víricas.
- Humificadores: evitan la sequedad del aire y en consecuencia, las irritaciones de garganta. Al mantener el ambiente húmedo, también contribuyen en disminuir la proliferación de los microorganismos que causan infecciones respiratorias.